jueves, 6 de abril de 2017

ESTACIONES DE LIMPIEZA DE MANTAS

Texto: Mónica Alonso Ruiz
Fotos: Autores indicados
Vídeos: Luis Abad

Foto: Luis Abad
Las dos especies de mantas que existen (Manta birrostris o gigante y M. Alfredi o de arrecife) suelen frecuentar las estaciones de limpieza de los arrecifes. Estas “estaciones de servicio” son partes del arrecife donde viven peces limpiadores, que literalmente se ocupan de la limpieza de tiburones, rayas y peces óseos. ¿Cómo lo hacen? Pues eliminando los parásitos, piel muerta, bacterias y mucosidad de la piel y de las branquias de estos animales: incluso se internan en sus bocas para realizar esa labor. Este proceso de limpieza es un ejemplo de simbiosis o mutualismo: lo que significa que ambas partes (la manta y el pez limpiador) se benefician de la interacción. La limpieza ayuda a mantener la salud de las mantas pues los peces limpiadores eliminan los parásitos que viven en su piel y limpian la piel dañada de sus heridas. A la vez, el pez limpiador se beneficia por la obtención de alimento gratis.

Hay una gran variedad de peces limpiadores: los más conocidos son los lábridos, pero también los mariposas, las damiselas, los gobios y los peces ángel. Según estudios de Marine Megafauna Foundation para evitar la competencia entre especies, los peces limpiadores se especializan en diferentes zonas del cuerpo de la manta. Por ello los lábridos Labroides dimidatus y Labroides bicolor suelen limpiar el interior de sus bocas y alrededor de las hendiduras branquiales, mientras que otro lábrido, Thalasoma lunare se ha especializado en eliminar los copépodos de la parte ventral de las mantas.

Labroides dimidatus
CC Karelj
Labroides bicolor
CC Rainer Kreetberg
Thalasoma luna
CC Leonard Low
Las mantas exhiben unos comportamientos específicos cuando visitan las estaciones de limpieza. Según se acercan, reducen su velocidad y cuando están en la zona de limpieza pueden mantenerse apenas sin movimiento o nadar en forma de lazo (loop) por encima del arrecife. Suelen tener la boca ligeramente abierta, con las hendiduras branquiales abiertas y los apéndices cefálicos desplegados, facilitando la entrada de los peces limpiadores. Estas posturas específicas indican el deseo de la manta de ser limpiada. Las mantas hacen una serie de pasadas consecutivas por encima de la estación de limpieza.

En este vídeo se ve la pasada que hace esta manta hembra 
sobre nuestras cabezas para dirigirse al pináculo de 
la estación de limpieza. Se puede observar su boca cerrada
y las aperturas branquiales cerradas: no estaba en disposición
de ser limpiada en esos momentos.
Vídeo: Luis Abad

Se ha observado que las mantas pasan periodos relativamente largos en las estaciones de limpieza. Los estudios de Marine Megafauna Foundation indican que una manta puede pasar al menos 2 horas en dichos lugares, habiendo visto ejemplares que pasan allí casi 8 horas. Las mantas muestran lo que se denomina “fidelidad a cierta estación de limpieza”, lo cual significa que un mismo ejemplar vuelve sistemáticamente al lugar de limpieza preferido durante largos periodos de tiempo.

Debido a que son lugares fijos en el arrecife, las estaciones de limpieza son lugares predecibles para el encuentro con mantas por parte de científicos y buceadores, tanto con equipo autónomo como con tubo y aletas. En estos lugares los buceadores deben seguir un cierto código de conducta, que se diseña para evitar alteraciones en la conducta natural de las mantas, sin interrumpir el proceso de limpieza. La idea es mantenerse inmóvil en la parte baja del arrecife, sin nadar alrededor de las mantas, y lo suficientemente alejados para no afectar a los peces limpiadores.

Recientemente he podido asistir a un par de estaciones en Maldivas, ambas eran dos pináculos en un arrecife, donde se situaban los limpiadores y las mantas (M. Alfredi) acudían grácilmente al encuentro de sus pequeños cuidadores. El primer lugar, llamado Madi Gaa, se trataba de un pináculo en el centro de un canal en el atolón de Rashdoo. Las condiciones eran ideales: sin corriente, con buena visibilidad y un fondo de arena a unos 12-14 m de profundidad. Acudieron 8 ejemplares, casi todos hembras y el espectáculo fue inmejorable, con una inmersión de casi 70 minutos enteramente con los buzos situados de rodillas en la arena.
Foto: Luis Abad

Cortesía de Emperor Divers

El segundo lugar, en Moofushi Thila, se trataba también de un canal de un atolón, con un promontorio en una curva del canal, donde estaban las mantas. La profundidad del fondo era mayor y estaba recubierta de coral, por lo que la observación de las mantas se hacía más complicada. Nos indicaron la prohibición de apoyarnos en el coral y utilizamos nuestros ganchos de corriente para posicionarnos en el arrecife. La visibilidad no era tan buena y lo que es peor, había varios barcos de buceo, por lo que la zona estaba atestada de buceadores. Aún así pudimos disfrutar del espectáculo de varias mantas enormes y alguna pequeña. Una de las mantas tenía un enorme bocado de un tiburón en su aleta.
Cortesía de Emperor Divers

Según Manta Trust, en Maldivas las mantas tienen pocos depredadores y suelen mostrar ocasionalmente algún bocado de algún tiburón tigre y un estudio de la población revela que solamente el 10 % de los ejemplares mostraban marcas de depredación. En otros lugares como en Mozambique la presencia mayor de tiburones grandes hace que las mantas tengan más marcas de bocados que en Maldivas.

En la foto se aprecia el gran bocado de un tiburón que presenta esta manta
Foto: Jordi Centell
También se ha observado la asombrosa capacidad de regeneración de las aletas que han sido mordidas. Sin embargo, los mordiscos más graves que afectan al cuerpo de las mantas o a los extremos de sus aletas, no permiten la regeneración de la parte cartilaginosa de las mismas. Se ha observado también que las mantas afectadas por mordiscos pasan más tiempo en estas estaciones de limpieza, posiblemente para ayudar en su proceso de regeneración.

Foto: Luis Abad
Lo que más me llamó la atención de este segundo lugar de limpieza que visitamos fue sin duda la gran afluencia de buceadores, algunos muy poco respetuosos con el arrecife. La gran presencia de barcos pasando y buceadores en el agua sin duda afectaban claramente a estos animales en sus momentos de delicados cuidados. Es claro que si estas actividades de buceo en estaciones de limpieza no se realizan con cuidado no será posible en el  futuro conservarlas y poder disfrutar de ellas, y lo que es peor, posiblemente empobrecerá la salud de las mantas de la zona.

La gran afluencia de buceadores y su mal posicionamiento dañan el arrecife
Foto: Jacobo Pérez

REFERENCIAS:

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